Volar y nadar en la lluvia

Creo que hace noventa y seis horas que esta lloviendo.
El cielo hace algunos intervalos para descansar, recuperar energía y volverme a empapar.
Observo a las personas quejarse, insultar. Pero a mi me purifica el alma ver al cielo llorar.
Amo la lluvia, es un placer para mí (tengo un lindo refugio). Pero también hago una pausa y me compadezco de aquellos que viven en casas de cartón…algunos no merecen eso. Algunos se desesperan con razón. A mi se me inunda el alma de paz, a ellos se les inunda de pérdidas, desarraigo e incertidumbre.
En estos días de lluvia pude relajarme, hacer cosas que uno no hace habitualmente cuando el sol brilla, como el oro sobre las sábanas.
Pienso que el agua es esencial y transporta mensajes, canciones.
Hace tiempo que no me dedicaba un momento a despejar la mente de cotidianeidades, rutina, dudas, angustias, preocupaciones.
Hace bastantes meses que el tiempo es reo del cronómetro que aprieta mi muñeca.
Mi piel absorbe las gotas, mi alma se renueva, me siento liviana, fresca y también sueño despierta.
El agua apaga el fuego de mis pesadillas, y puedo respirar.
Escribo en la pared que soy libre, y también pinto en las ventanas que algún día no muy lejano, aprenderé a volar.