Elisa

La nostalgia del atardecer se derrama sobre el living,
y escribe canciones tristes en los ventanales empañados.
La noche se inmiscuye en la casa, inundándola de estrellas.
Elisa desliza sus manos sobre la cortina para poder ver quien a lo lejos se aproxima.
Elisa observa, y desconoce aquel rostro empañado, sumergido en culpas, pero lo acepta.
Ella lo ama, lo perdona
¡y no sé cómo ni de dónde saca la fuerza para volver a confiar!
y yo creo que lo perdona porque lo ama más de lo que se ama a ella misma.