Allá va él

Allá va él
Y allá van mis ojos,
Sus pasos que no ceden
Sus lágrimas, las mías
Y desactualizados enojos.

Allá va él
Y como su sombra,
Mi necesidad de abrazarlo.

Allá van sus pasos,
Marchando,
Hacia donde no oso preguntar.

Allá van sus sueños y ambiciones.
Y en los eslabones de su cadena,
recriminaciones.
y en mi garganta,
Las palabras por decir,
Las lágrimas sin escurrir…

Allá van nuestros secretos
Y a lo lejos,
la música de nuestros días felices.

Allá,
junto con el viento del invierno
y la labilidad del calor del sol
Se desmaterializan las proyecciones
de experiencias amarillentas.

Extrañándote me siento extraña,
Y descubro que aún este duelo no ha cesado
¡Y ya han transcurrido varios años!

Todavía seguís sacudiéndome el pecho
Y todavía mi corazón se escurre como una esponja
¿“Hidratándome” el alma?
¡Pero por favor!


(me acostumbré a tantas cosas…)


Recuerdo habernos conocido al comienzo de
Un verano risueño, de sonrisas tímidas
Y habernos despedido
una noche de naciente invierno
Espasmódico, plagado de lágrimas,
odio, amor, impotencia, moralejas,
Y descubriendo ese nuevo dolor,
Esa primera puntada agridulce
del primer amor.